Feminismos, machismos, misoginia y misandria en la era de la web 2.0

No existe un solo feminismo, pero definitivamente ninguno es antónimo de machismo o misandria

Celebrado por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza el 19 de marzo de 1911, el Día Internacional de la Mujer (conmemorado anualmente cada 8 de marzo desde 1975 por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas) me parece un excelente telón de fondo para abordar cuatro temas esenciales en las sociedades del siglo XXI: feminismos, machismos, misoginiay misandria. Existen diversos tipos de feminismo, pero definitivamente ninguno es antónimo de machismo o misandria; cabe mencionar, unos y otros participan en la web 2.0, los cuatro son fenómenos presentes en el ciberespacio.

Feminismos. Su historia, en tanto movimiento colectivo de mujeres, comenzó en el siglo XVIII, de la mano de la Revolución francesa, y posteriormente se nutrió de ideales izquierdistas de inicios del siglo XX; se basa en la denuncia de los abusos propios del patriarcadocontra mujeres y minorías. Los feminismos son movimientos sociopolíticos cuya finalidad es, fundamentados en la razón y el principio de la libertad individual, aportar conocimientos y emprender acciones que abonen a la construcción de sociedades donde todas las personas gocemos de una auténtica equidad en materia de derechos: civiles, políticos, económicos, culturales, sexuales y sociales.

Machismos. En Occidente, mucho debemos a las religiones cristianas y similares, estas han contribuido deliberadamente durante siglos a crear una idealización de las mujeres por demás simplista, ridícula y condescendiente. Desde la infundada prepotencia de creerse superiores a las mujeres, los varones a la cabeza de Iglesias como la católica —gracias no solo a su popularidad entre los ciudadanos sino además a la injerencia política que esta les brinda— han logrado privarnos, a las mujeres, del derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo; y, de paso, nos han reducido a dicotomías tan absurdas como: virgen o puta, sumisa o loca, madre o lastre. Machismos, hay muchos y muy diversos.

La misoginia. Esto no es otra cosa que aversión por las mujeres, rechazo o repugnancia por personas del sexo o género femenino. Los misóginos, como también hacen los machistas, consideran a las mujeres y las niñas seres inferiores y las cosifican, pero los misóginos van mucho más allá de eso. El misógino no se limita a discriminar y denigrar como hace el machista, el misógino es además victimario y encuentra en el sexo femenino a sus víctimas. La misoginia mata, se encuentra detrás de los crímenes de odio perpetrados en contra de mujeres y niñas: violencia física, violaciones, asesinatos (feminicidios).

Y luego está la misandria. En primera instancia, esta podría pensarse y definirse en términos del antónimo de la misoginia; sin embargo dicha definición no sería del todo acertada. Una mujer misándrica puede llegar a desear la desaparición del sexo masculino de la faz de la Tierra, mas no abundan quienes perpetren físicamente violentos o fatales crímenes de odio contra los hombres. La misandria es eso que hallamos en ideologías responsables de ridículas frases como: "¡Muerte al pito!", "Todos los hombres son iguales" y demás eslóganes erróneamente atribuidos a los feminismos.

Preciso es decirlo: hombres y mujeres pueden calificarse según los respectivos adjetivos derivados de esos cuatro términos; no obstante, por mencionar dos casos, es más común encontrar a mujeres que odien a los hombres (misandria) y hombres que odien a las mujeres (misoginia), no viceversa (mujeres odiando a mujeres, hombres odiando a hombres). Infortunadamente, la era de la web 2.0 es asimismo la era de la desinformacióny la infoxicación, donde cualquiera puede difundir datos sin sustento alguno, a veces tergiversados de manera intencional, en otras ocasiones por mera ignorancia o indiferencia; esto ha contribuido a la errónea asociación de los feminismos con la misandria.

Bueno, pero ¿por qué considero esta información tan importante en el marco del Día Internacional de la Mujer? Porque estamos ya en pleno siglo XXI y aún perduran mentalidades anacrónicas, rancias e imbéciles. En adición, por si machismo, misoginia y misandria fueran poco, a las barreras contras las cuales luchan los feminismos se suman la desinformación y la infoxicación de nuestros tiempos. En este sentido, me resulta particularmente triste encontrar a personas preparadas, hombres y mujeres, incapaces de distinguir entre unos y otros términos.

Ser feminista en la era de la web 2.0 y no perder los estribos ante los altos niveles de machismo y misoginia difundidos en redes sociales es una tarea sumamente difícil, he de admitir. Para darnos una idea, basta leer algunas líneas del tiempo de cuentas de Twitter,por ejemplo las de: el presidente Donald Trump (@realDonaldTrump), el actor James Woods (@RealJamesWoods) o el conferencista y escritor Hunter Drew (@HunterDrewTFA); incluso existe una etiqueta de Twitter donde podemos encontrar un concentrado de estas barbaridades: #makewomangreatagain. Sí, la etiqueta y el movimiento que la respalda existen.

En México, por increíble que parezca, todavía es común encontrar comentarios machistas o misóginos en cada nueva publicación sobre feminicidios, violaciones u otro tipo de crímenes de odio contra mujeres o niñas. Vemos en redes sociales como Facebook comentarios del tipo: "Se lo buscó por andar vestida así", "Algo ha de haber hecho, por algo la mató el marido", "Fue su culpa, por andar sola a esas horas en la calle", "Ay, pero si todas quieren lo mismo, eso andan buscando", "Si andaba en esos lugares, algo así le iba a pasar, es obvio", "¿Quién le manda andar con desconocidos?"; y muchísimas otras estupideces del estilo.

Transexuales, bisexuales, homosexuales, lesbianas, hombres y mujeres pueden ser feministas y, de hecho, se han sumado al movimiento, en pro de la auténtica equidad en materia de derechos. Ahora bien, ¿cómo se es #feministaXXI? En la era y el contexto de la web 2.0, opino, debemos concentrar nuestras fuerzas en la difusión de datos y conceptos acertados sobre los feminismos a través de las herramientas tecnológicas disponibles; cuando nos topemos con comentarios u otros contenidos machistas, misóginos o misándricos en esas plataformas: precisar, desmentir o aclarar, evitando, claro, caer en discusiones sin sentido —con necios, pues—. Ningún tipo de feminismo es lo contrario del machismo, y mucho menos debieran equipararse con la misandria; ya viene siendo hora de que esto nos quede claro a todos.

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