Santa Lucía y la huella de carbono

Ciudad de México  

La decisión consumió papel, plástico y químicos

 

México vive una transición notoria y llamativa desde la época electoral. En las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador, su "bandera" fue ir en contra de la construcción de Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) con sede en Texcoco, sobre el lago homónimo. La Base Militar de Santa Lucíaapareció como el plan "B" en caso de necesitar con urgencia ampliar el puerto aéreo de Benito Juárez en la Ciudad de México. Motivo de convocatoria de la consulta NAIM, con una huella de carbono en el proceso.

El nuevo aeropuerto NAIM anunciado porEnrique Peña Nieto, pretendía ser autosustentable en alto porcentaje. Su propuesta era "emplear energías limpias, hasta llegar a la meta del 100 por ciento entre los años 2022 y 2024"; se habló de "la Certificación LEED a cuatro edificios"; en términos hídricos, propuso cuidar el agua potable, así como el lago Nabor Carrillo y todas las lagunas convertidas en templo de aves migratorias.

Ciudad de México, por sí sola, es una urbe con una huella de carbono alta dentro del país y es número 37 en el ranking mundial. Cada mexicano en promedio arroja a la atmósfera unas 4 toneladas de dióxido de carbono (CO2), mientras la meta internacional propone bajar a2 toneladas; algo concretamente imposible por la cantidad de Gases de Efecto Invernadero (GEI), causa del calentamiento global, según Environmental Research Letters.

La consulta NAIM para darle "voz" al pueblo y la "decisión" de preferir continuar con el aeropuerto en Texcoco o instalar dos pistas en la Base Militar Santa Lucía, tuvo un factor ecológico altamente impactante: "preferir un lago o un aeropuerto"; así se manejó dentro de las especulaciones de la ciudadanía, políticos, medios de comunicación y ambientalistas. De lo que no se mencionó, es la cantidad de papel, cartón, plásticos, químicos para fabricación de boletas, propaganda y sus lonas.

Tampoco se mencionó el golpe ecológico y agrícola provocado por Santa Lucía. En la zona, se lleva a cabo la producción de cultivos, mismos que se retirarán del perímetro, junto al lago de Zumpango. Las familias de exmilitares sufrirían una reubicación: más edificaciones y casas con otra huella de carbono extra a la ya dejada con la previa de las obras en Texcoco y la consulta que dio ganador al proyecto Santa Lucía.

Hacia Santa Lucía no va el metro, ni transporte colectivo y sus vialidades si acaso son terrecería. Ubery otros servicios de automóviles con combustibles fósiles tendrían su "agosto", aunado a la contaminación de la zona con mayor huella de dióxido de carbono en la atmósfera. Del millón 96 mil 990 de votos, 766 mil 509 personas votaron a favor de Santa Lucía, mientras,319 mil 830, preferían continuar con Texcoco; quizá, quienes realmente son viajeros frecuentes y sufren los estragos de un aeropuerto reducido y saturado.

 

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