Actividad cinegética en Ciénegas de Lerma

Ciudad de México, México  

Consecuencias ecológicas, económicas y sociales

 

El 27 de Noviembre de 2002 mediante decreto de creación como Área de Protección de Flora y Fauna Ciénegas de Lerma con una superficie de 3,024 ha de conservación, restauración, protección, manejo y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, de jurisdicción federal. Por otro lado, el 2 de Febrero de 2004 se designa el nombre de “Humedal de Importancia Internacional” en la lista de humedales de la Convención Ramsar.

Con una problemática ambiental que la afecta desde las descargas residuales industriales vertidas a los cuerpos de agua, hasta la tala ilegal y la cacería furtiva, las Ciénegas de Lerma constituyen una fuente de recursos muy importantes para el Estado, la región y el país.

La tala clandestina dejó de ser un aprovechamiento sin control, desde los años 2006 a 2007, realizado por gente en situación de pobreza para obtener recursos de sobrevivencia. Hoy en día es una actividad de lucro realizada por bandas de delincuencia organizada y cuyo combate ha requerido la creación en el Estado de México de un cuerpo de policía especializada denominado grupo GAMA(Grupo de Atención al Medio Ambiente).

Por su parte, cacería ilegal persiste fuera de las áreas permitidas y no es precisamente de subsistencia sino deportiva ilegal y daña de manera significativa a las poblaciones de anátidos invernantes en las Ciénegas.

Aunque la caza como actividad no es bien vista por diversos grupos conservacionistas, ecologistas, de protectores de los animales o más allá del sentimiento y la espiritualidad, lo cierto es que es una actividad generadora de diversos beneficios sociales, económicos y ecológicos.

Debido a lo cual, las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAs), son lugares donde la cacería regulada, legalmente normada y autorizada se lleva a cabo. Regulan la conservación del tamaño de las poblaciones de patos y cercetas migrantes a Lerma; considera de los 48.6 millones de aves acuáticas monitoreadas en 2014 por el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de los EE.UU, la Dirección General de Vida Silvestre de la SEMARNATautorizó 340,000 ejemplares de cacería en todo el país, de éstos, solamente 48,000 son autorizados en las UMAs en Lerma, y representa un 0.098% de la población total de patos, gansos y cercetas de Norte América.

Numerosos son los beneficios ecológicos, económicos y sociales derivados de la actividad cinegética en Lerma. De entre los ecológicos vale la pena destacar lo siguiente: las UMAs realizan anualmente monitoreos poblacionales, arrojan información del estado y condiciones de las densidades poblaciones y del hábitat a través de varios años, información que sirve para la toma de decisiones derivado de actividades de manejo de hábitat, extracción de tule y vigilancia participativa.

Múltiples son los beneficios económicos, basta señalar que las UMAs de Lerma en promedio generan en entre 200 y 300 mil pesos por temporada, generan también empleos a un número aproximado de 200 personas distribuidas entre lancheros, recolectores y los conocidos “pelapatos” además de los ingresos por venta de comida y por comercio de artículos para cazadores. El desarrollo de la temporada de caza es en sí un evento largamente esperado como uno de los escasos ingresos económicos entre los pobladores durante el invierno.

Igualmente importantes son los beneficios socialesy es apropiado señalar que la población humana habitante y beneficiada de la actividad cinegética, ha creado conciencia como grupo de la importancia de la conservación del hábitat (humedal), por lo tanto las poblaciones de anátidos sigan arribando año con año. Ello les otorga cierta paz social y seguridad de contar con ingresos económicos durante todo el año.

Globalmente las consecuencias ecológicas, económicas y sociales de la actividad cinegética en Ciénegas de Lermase traducen en beneficios y una práctica de ser simplemente de subsistencia, a una que genera importantes ingresos derivados de un evento de migración masiva, de un aprovechamiento sustentable de la biodiversidad. Fomentemos en este sentido, las buenas prácticas de conservación de la vida silvestre en beneficio común.

 

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