Sistema chinampero como paradigma económico y resiliente

Ciudad de México  

Un sistema que da sentido a la importancia de la agricultura familiar

 

Es pertinente resaltar que el sistema chinampero de la Ciudad de México conformado por Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac recibió a principios de septiembre de este año por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el reconocimiento de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, el cual promueve beneficios sociales, económicos y ambientales para la región .

Dicha declaración tiene por objetivo procurar, salvaguardar y promover los sistemas agrícolas de la zona, así como asegurar el desarrollo sostenible para los agricultores.

Las chinampas son el ejemplo distintivo de un sistema integrado de desarrollo tecnológico agrícola prehispánico y que a través del tiempo, ha logrado aprovechar el agua, el suelo, la materia orgánica y la adaptación de especies endémicas tales como el ahuejote (Salix bonplandiana) que sirve para “fijar” el sustrato de la misma evitando la erosión.

El sistema chinampero de Xochimilco es un ejemplo de simbiosis entre la flora, la fauna, los microorganismos, la actividad humana y además representa un legado como patrimonio natural y cultural de la humanidad. Sin embargo, este sistema corre el riesgo de desaparecer debido a la fuerte presión urbana, el cambio de uso de suelo, la contaminación del agua de sus canales y el abandono del sistema agrícola por parte de las nuevas generaciones.

Xochimilco es el lugar ideal para la actividad agrícola, puesto que como se sabe, se requiere de inmensas cantidades de agua para su desarrollo. También, gracias a la red de canales se pueden realizar actividades turísticas. Adicional a esto, la zona chinampera representa también la apropiación cultural de sus habitantes, es decir, una significancia simbólica asociada a las creencias religiosas, al acceso a medios de transporte (trajineras y pequeñas embarcaciones), y a prácticas de la gestión del ecosistema (siembra de especies ornamentales) y el consumo de recursos provenientes de sus cultivos (flores, plantas y hortalizas)

La zona chinampera es un ejemplo de la resiliencia que tienen los ecosistemas naturales, a pesar de la presión por la mancha urbana, este sistema de canales y chinampas ha garantizado la producción agrícola a baja escala, y que es fuente de alimentos bajo el régimen de bajo impacto. Son precisamente las actividades primarias las que hoy representan una actividad económica que sostiene a la economía familiar.

Según datos de la SAGARPA en nuestro país, durante el primer trimestre de 2017 de manera preliminar, las actividades primarias crecieron 4.1 por ciento a tasa anual, lo que representa actividades como la agricultura. Por otro lado, el 70 por ciento de los alimentos que se consumen provienen del trabajo familiar en el campo y esta actividad rescata las bases de una alimentación equilibrada, lo que a su vez se traduce en la protección de la diversidad biológica y por ende, determina el aprovechamiento sustentable de los bienes naturales.

Lo anterior da sentido a la importancia de la agricultura familiar, la cual se entiende como una oportunidad para mejorar las economías locales, generar un intercambio de productos de cada región y alimentar de manera saludable a las familias.

Para finalizar, el objetivo radica en crear sinergias entre sociedad y gobierno que generen empleos en el ámbito rural, recursos para las economías locales, fomenten las tradiciones y las prácticas locales tomando como ejemplo los sistemas chinamperos, así como establecer desarrollo tecnológico en pro del avance económico y resiliente. Hagamos del Patrimonio Natural un ejemplo de progreso, que contribuya a la economía local y que fomente los valores ancestrales por el cuidado del medio.

 

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