¿Alienta Twitter el fascismo, como denuncia el diputado Gerardo Fernández Noroña?

Ciudad de México  

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En mayo de 2019, la cuenta del político petista fue suspendida en dos ocasiones por incumplir con las normas de uso de la red social

 

Gerardo Fernández Noroña, actual diputado federal adscrito al Partido del Trabajo, asegura que Twitter alienta el fascismo. Esto, luego de que en mayo de 2019 su cuenta fue inhabilitada en dos ocasiones durante periodos de alrededor de 24 horas. La red social decidió suspender a Fernández Noroña porque el político petista había compartido en Twitter información personal de diversos usuarios de WhatsApp a través de capturas de pantalla donde aparecían fotos de perfil o números telefónicos; asimismo, quien en 1989 fue miembro fundador del Partido de la Revolución Democrática compartía en esos tweets algunos mensajes de odio o amenazantes contra su persona.

Sociólogo licenciado por la Universidad Autónoma Metropolitana en 1983, José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña ha forjado su carrera política izquierdista a lo largo de poco más de treinta años. Entre su "activismo político y social", él mismo destaca: actividades en la comisión de resistencia civil pacífica contra la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa, llamamientos orientados a impedir la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, encabezar la resistencia contra la reforma laboral, ser firme opositor de las reformas de la administración federal 2012-2018, convocar a la rebelión no violenta en contra del mandato de Peña Nieto, entre otras acciones e iniciativas similares.

Hoy día, el término fascismo (o nazismo o fifí) se emplea indiscriminadamente, sin fundamentos sólidos, en tono burlón o injurioso y con el único objetivo de descalificar o ridiculizar a una persona, institución o movimiento. ¿Y qué es realmente el fascismo? "En lo más elemental, el fascismo es una revolución conservadora: revolución, desarrollo económico, industria moderna; sí, una revolución que, no obstante, mantendría o incluso reafirmaría una tradicional sociedad jerárquica. Una sociedad moderna, eficiente, pero al mismo tiempo controlada por valores jerárquicos, sin lucha de clases clases u otros antagonistas", explica el filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno Slavoj Žižek.

Totalitarismo (sin lugar para sindicatos, partidos políticos opositores al oficial o prensa libre) y violencia militarizada (la Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional, por ejemplo) fueron las dos principales características del fascismo, el cual nació y murió en la resistencia anticomunista; luego de la Segunda Guerra Mundial, cayeron los regímenes fascistas en Italia, España, Alemania y Portugal. Ahora bien, la ultaderecha nos recuerda al fascismo porque también fomenta la exaltación nacionalista, elije un chivo expiatorio y lo culpa de todos los males (en el siglo XXI, globalización o inmigrantes), ve en la prensa un acérrimo adversario y promueve políticas públicas no favorables o no inclusivas con las minorías.

Por definición del propio término, entonces, Twitter no alienta el fascismo: ¿cómo podría alentar una práctica que lleva más de siete décadas extinta? En la retórica del petista, la derecha y el fascismo son lo mismo; en eso de igual forma se equivoca. No se censuró a las cuentas que a través de Twitter dieron a conocer su número telefónico, acusa el diputado federal, y en eso se basa para tildar al estrato conversacional de Internet de promotor del fascismo; sin embargo, él mismo ha reconocido, siempre comparte su número de celular con los asistentes a sus charlas y demás actividades. Sus datos de contacto, en tanto personalidad pública y servidor público, son precisamente eso: datos públicos.

El problema denunciado por Fernández Noroña es otro, muy diferente a fascismo o censura en contra de la izquierda. Y debió haberlo denunciado ante el Ministerio Público como lo que es: amenazas contra su persona, un delito federal; las oficinas de Twitter México no son lugar para hacerlo. El "linchamiento digital" en contra del petista ciertamente es muy grave, pero asimismo lo es el hecho de que un servidor público exponga datos personales de ciudadanos opositores a su política y además inste a sus simpatizantes con frases como "Ahí les encargo a este otro". ¿Denunció el político mexicano a los agresores ante WhatsApp?, ¿o solo buscaba la viralidad propia de Twitter?

Ningún mexicano debe soportar acoso o amenazas en contra de su persona, ni en el mundo real ni a través de medios digitales. Recordemos que lo visto en redes sociales es reflejo de lo vivido día a día, en espacios públicos y privados; recordemos algo más: las publicaciones hechas mediante plataformas como Facebook o Twitter son responsabilidad de los usuarios, no de las empresas o las tecnologías en sí. Censurar los discursos de odio o acoso o amenazas en contra de individuos o grupos de una población no elimina los problemas de los cuales esas palabras son síntomas. ¿Cómo mejorar la salud conversacional de las redes sociales sin poner en riesgo la libertad de expresión?

Diariamente, resguardados en el anonimato de las redes sociales, actores de mala fe o trolls mexicanos, así de la izquierda como de la derecha, atacan a sus adversarios políticos o cualquier persona cuya opinión sea diferente a la de ellos; los discursos de odio o acoso o amenazas no se limitan al campo de la política, algunos trolls se basan en xenofobia, racismo, clasicismo, religión o alguna otra fobia o ideología. José Gerardo Rodolfo no es ajeno a estas prácticas, basta darle un vistazo a su timeline para corroborarlo: "licenciado en fraudes y alcoholes", suele escribir para referirse a Calderón Hinojosa; y de manera frecuente comparte o publica tweets que poco o nada aportan a la salud conversacional.

Como usuario de una red social y tomando en cuenta su posición de servidor público, el diputado federal Fernández Noroña, a quien algunos de sus más entusiastas seguidores llaman "el próximo presidente de México", en vez de señalar supuestos sesgos fascistas de una empresa extranjera (Twitter) o promover la creación de una instancia gubernamental en México donde se puedan denunciar "abusos" de las redes sociales, debería reflexionar en torno a sus propias palabras, sus publicaciones, sus tweets; en suma, preguntarse cómo está contribuyendo él a evitar una fractura ideológica o política todavía mayor entre los mexicanos, cómo ayuda él a buscar la tan urgente y esencial reconciliación en México.

¿Alienta Twitter el fascismo, como denuncia el diputado Gerardo Fernández Noroña? No, la compañía privada dirigida por Jack Dorsey se limitó a actuar de acuerdo con sus políticas internas. Si lo deseado por el político mexicano era ver inhabilitadas las cuentas de quienes compartieron su número de teléfono vía Twitter, debió denunciar el abuso de dichos usuarios a través de los canales especialmente estipulados con esos fines por la plataforma de microblogging; las amenazas, imprecaciones e injurias vía WhatsApp, debió denunciarlas con esta otra empresa y en el Ministerio Público. Con sus tweets y protestas, el petista y lopezobradorista solo contribuye a polarizar aún más al pueblo mexicano.

 

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