China contará con nueva línea de trenes de levitación magnética en 2020

Ciudad de México  

El modelo alcanzará velocidades más altas y con el poder de remontar colinas debido a la utilización de nuevas tecnologías

 

Una nueva generación de trenes de levitación magnética, autónomos y con una velocidad mínima programada de 200 kilómetros por hora entrará en acción a partir de 2020 en China, según el plan preparado por las autoridades para operar en entornos urbanos e interurbanos.

Una vez que el proyecto inicie sus servicios, serán los equipos comerciales levitados magnéticamente más rápido del país, teniendo como primera responsable de su desarrollo a la empresa china CRRC Zhuzhou Locomotive Co., Ltd., de acuerdo con la información obtenida de fuentes oficiales.

El modelo alcanzará velocidades más altas y con el poder de remontar colinas debido a la utilización de nuevas tecnologías, una de las cuales es un sistema de cómputo que permitirá a los trenes trabajar de forma autónoma y segura.

Otra ventaja de este proyecto, presentado hace unos días en la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular, es que los equipos serán capaces de operar tanto en tránsito urbano como interurbano.

Con estas características, se tratará de los primeros trenes del mundo de levitación magnética (conocidos como Maglev, del inglés "magnetic levitation") que puedan viajar a 200 kilómetros por hora.

En el mundo operan varios trenes Maglev, incluso en la propia China, en Shanghai, así como en algunos países europeos, entre ellos Francia, Italia y Reino Unido, lo mismo que en Japón.

Los trenes Maglev funcionan a partir del principio del magnetismo de que polos opuestos se atraen y los iguales se repelen. Cuentan con una fuente de poder eléctrico de gran potencia, espirales de metal que se mantienen alineados a las vías y grandes magnetos debajo del tren.

Carece de motor y la propulsión se logra mediante la energía eléctrica que se hace correr por las espirales metálicas, lo cual crea un campo magnético que hace, los vagones se desplacen por el principio antes mencionado.

Es decir, dicha energía hace repeler los magnetos que se ubican debajo del tren, generando un campo que eleva a los vagones entre uno y 10 centímetros sobre las vías.

Al mismo tiempo, la energía que se suministra hace cambiar constantemente la polaridad de las espirales de metal, logrando que el campo magnético colocado al frente empuje la unidad hacia adelante.

De esta manera, el tren flota sobre un espacio de aire que consigue eliminar cualquier fricción entre un objeto y otro, lo que permite alcanzar velocidades de hasta 500 kilómetros por hora, aunque existen proyecciones para esta forma de desplazamiento que duplican esa cifra.

 

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