Psicología de aficionados al fútbol

Ciudad de México  

Ser aficionado al fútbol se asemeja a una relación amorosa

 

La época mundialista de cada cuatro años, recorre el planeta con información de lo acontecido en la Copa del Mundo. Un Mundial reúne a las naciones, a la gente, integra múltiples nacionalidades, idiomas, religiones y razas. Cualquier partido es interesante para los consumidores del fútbol; y ciertos encuentros, exhiben la psicología de los aficionados a este: pasión, rabia, frustración, excitación, llanto, alegría…

En 2017, EFE dio a conocer una investigación de la Universidad de Coimbra, en Portugal, con una hipótesis sin igual, "el fútbol genera en los aficionados, algo comparado con el amor o enamoramiento, pues, los sistemas neuronales que se activan, son similares", señalaron. Rusia 2018, deja ver estos comportamientos de una relación romántica o no tanto, aunque trasladados a la cancha.

Una cita amorosa no tiene guion, ni un orden; no se sabe qué va a pasar. En el caso del hincha: llega al estadio con al menos una hora previa al partido. Este desconoce, al igual que en un encuentro romántico, cómo será la velada. Silba el árbitro y todos los sentidos se activan, carburan los sentimientos, la ansiedad al ver la bandera de su país, reflejada en 11 hombres… Llega el gol a favor, se desata locura. Empareja el rival, aparece la rabia, los insultos; jamás se mostrará objetivo al momento de ver al equipo contrario y mucho menos saldrá de la boca del aficionado, un buen comentario para el adversario: simplemente, "se odia de manera colectiva".

Sí, el fútbol genera innumerables cosas lindas, mientras, del otro lado, puede sacar al 'monstruo de siete cabezas', aquel huésped "suprimido en la memoria emocional", lo dice la psicología. A tal punto, un aficionado al fútbol está en riesgo de "perjudicar su comportamiento racional". El ejemplo más claro de Rusia 2018, es el duelo de Argentina contra Croacia, donde la albiceleste salió golpeada 0-3 por los croatas, y su DT Jorge Sampaoli, casi fue devorado con furia por aficionados desde las gradas.

Dopamina. Esta hormona habita en grandes cantidades en cada seguidor del fútbol, sobre todo, en esta Copa del Mundo Rusia 2018, está presente en los mexicanos enloquecidos de júbilo por el triunfo de la Selección Mexicana ante su similar de Alemania (0-1), vigente campeón del mundo.

¿Qué pasó con los aficionados dudosos y pesimistas previo al juego? Daban por hecho salir goleados por los alemanes; aunque, el juego táctico impecable de Juan Carlos Osorio, ayudó a elevar la dopamina en cada mexicano del mundo: los de Rusia 2018 y quienes siguieron el partido por televisión. El placer de ver ganar a México, desencadenó felicidad colosal nunca antes vista.

Fútbol es igual a liberación. Es el único deporte capaz de unir al planeta en torno a una justa mundialista. El fútbol maneja la psicología de todos los aficionados. Cuando se presenta en momentos de tristeza, alegra, y también aparece en días de éxtasis, pero arroja resultados negativos capaz de desarman a cualquier ser humano enamorado.

Como en el amor, el fútbol inspira, excita; a su vez, se muestra ante el aficionado como si fuese un profesional de la psicología al quien se le puede confiar todo y sabrá aconsejarlo. La fidelidad en las relaciones románticas, no está garantizada, mientras, en el fútbol, será considerada sagrada e inviolable. Rusia 2018 mostrará más escenas de amor, odio, rabia, frustración, esperanza, y todo será pasajero, porque la reconciliación con el equipo, llegará rápido y el apoyo se fortalecerá.

 

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