Los impuestos a las bebidas azucaradas en Berkeley transforman normas sociales
Impacto social de los impuestos a bebidas azucaradas: un modelo de salud pública efectivo
Un estudio reciente de la Universidad de California en Berkeleyrevela que los impuestos a las bebidas azucaradas, implementados en 2014, no solo redujeron las ventas de estos productos, sino que transformaron las normas sociales sobre su consumo. Publicado en BMC Public Health, el análisis liderado por Kristine A. Madsen destaca un cambio significativo en cómo las personas perciben estas bebidas y su aceptación en la vida cotidiana.
Desde la implementación del impuesto en 2014 en Berkeley y su expansión a ciudades como Oakland, San Francisco y Richmond, la aceptación social de las bebidas azucaradas disminuyó un 28%, según el estudio basado en encuestas realizadas entre 2016 y 2021 a 9,128 personas de comunidades de bajos ingresos.
Kristine A. Madsen, profesora de la Escuela de Salud Pública de UC Berkeley, subrayó: "Las normas sociales son muy poderosas. El cambio significativo que hemos visto en la forma en que la gente piensa sobre las bebidas azucaradas demuestra qué más podríamos hacer".
Más de 700 artículos sobre los impuestos a las bebidas azucaradas publicaron en el período analizado, contribuyendo a una mayor concienciación. Madsen comparó este fenómeno con el éxito de las políticas antitabaco de décadas pasadas, que transformaron el consumo de cigarrillos al cambiar las normas sociales y hacerlo menos aceptable.
Además, el estudio recalca que el modelo utilizado en Berkeley puede servir como guía para futuras iniciativas de salud pública. La combinación de impuestos, campañas educativas y cobertura mediática demuestra ser efectiva no solo para modificar hábitos individuales, sino también para transformar la percepción social de conductas de riesgo para la salud.
El impuesto de un centavo por onza, aplicado a los distribuidores, resultó efectivo tanto económica como socialmente. Sin embargo, Madsen advirtió que el cambio en las normas sociales es un proceso continuo y depende también de la participación individual: "Si cambiamos nuestros comportamientos, el medio ambiente también lo hará". Estos hallazgos ofrecen un camino para abordar problemas de salud pública más allá de las bebidas azucaradas, mediante herramientas como la regulación fiscal, la educación y el cambio en las percepciones sociales.
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