Metas de Aichi aseguran la sostenibilidad en el planeta

Ciudad de México, México  

El decenio de la biodiversidad

 

Con base en la Agenda Internacional de Naciones Unidas, el periodo 2010 - 2020, se enmarca como “El Decenio para la Biodiversidad”. En este contexto, surge el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica y las denominadas Metas de Aichi, un marco de acción de diez años para todos los países y las partes, encaminadas a salvar la diversidad biológica y mejorar los beneficios para las personas que viven de ella, y así, asegurar la sostenibilidad en el planeta.

Dichos fines proponen detener la pérdida de especies, a fin de asegurar la capacidad de los ecosistemas de adaptarse a los cambios ambientales y, de igual manera, proveer de servicios, que aseguren la variedad de la vida en el planeta, lo que se traduce en el bienestar humano y paulatinamente en la erradicación de la pobreza.

Concretamente en lasMetas de Aichi por primera vez, en comparación a otros tratados y compromisos internacionales, se plasman las llamadas causas subyacentes, las cuales durante mucho tiempo no habían sido tomadas en cuenta como parte de la problemática, por elloestán relacionadas directamente con el sistema económico actual basado en la producción y el consumo.

Dicho de otra manera, factores culturales, religiosos, científicos y tecnológicos, suman condiciones relacionadas con obtener el máximo del beneficio económico a corto plazo sin tener en cuenta los límites ecológicos del planeta.

Existen una serie de amenazas directas relacionadas a las causas subyacentes: alteraciones climáticas que fuerzan la migración, extinción de especies o entorpecen la relación entre las mismas; en su caso, el urbanismo fragmenta los territorios, los cuales exigen a través del modelo alimentario la producción de monocultivos intensivos y con ello, la extracción irracional de recursos, por medio del proceso de domesticación ancestral, que genera la destrucción de variedades de plantas para consumo.

Por otro lado, dentro de las amenazas consideradas está la proliferación de especies invasoras que llegan a desplazar a las originarias y representan un alto riesgo para la biodiversidad, lo que implica serias consecuencias para las especies endémicas y su equilibrio con los ecosistemas.

De tal suerte que en nuestro país la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) establece las estrategias presentadas en conjunto con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB )con el fin de promover los mecanismos para la protección, conservación y uso sostenible de la biodiversidad. En este tema, se vislumbra que para el 2020 se habrán eliminado o reformado incentivos perjudiciales para la diversidad biológica, dígase el caso de pago por servicios ambientales indignos y llegado el momento, se reducirán al mínimo.

Como preguntas de reflexión:

¿Son en realidad el cambio climático, la pérdida de hábitat, la gestión del agua una cuestión de moda, o fondos sensacionalistas como un tema de prioridad internacional? ¿se deben asumir las delicadas y complejas interacciones ambientales como un tópico de temporada?, o sin duda, es el momento clave para comenzar acciones por el bien propio y de generaciones futuras.

En conclusión, planes estratégicos para la diversidad biológica, Objetivos del Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, cumbres ambientales, un serial de reuniones internacionales, y otros, nos comprometen como país a cumplir ciertas metas para el beneficio común y de los recursos naturales. Un compromiso que va desde el individuo, hasta el colectivo como nación.

A través de esfuerzos compartidos,podremos asegurar la sostenibilidad en el planeta.

 

Naciones UnidasDesarrollo SostenibleBiodiversidad

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