Estudio vincula pensamientos negativos con cambios físicos en el cerebro

Ciudad de México  

Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Investigación de Amen Clinics revela disfunción cerebral asociada al sesgo de negatividad

 

Una investigación liderada por especialistas en salud cerebral de Amen Clinics, con sede en Estados Unidos, identificó una posible relación entre los pensamientos negativos recurrentes y alteraciones físicas en el cerebro. El análisis, publicado en la revista Depression and Anxiety, incluyó casi 20 mil escáneres cerebrales de personas con trastornos de ansiedad.

Los hallazgos señalan que, en casos con un mayor sesgo de negatividad, se detectó una reducción del flujo sanguíneo en regiones como los lóbulos frontal, temporal y parietal, áreas vinculadas a la memoria, la regulación emocional y la toma de decisiones.

El psiquiatra Daniel Amen, director del estudio, explicó a Fox News que fue "sorprendente" encontrar anomalías en zonas antes no relacionadas con el procesamiento emocional: "el alcance de las anomalías físicas del cerebro, especialmente en áreas que antes no estaban vinculadas al procesamiento emocional, como el cerebelo, fue sorprendente".

Según los investigadores, quienes presentan una mentalidad más negativa registran niveles significativamente más altos de depresión, ansiedad, ideación suicida, inestabilidad emocional y dificultad para gestionar el estrés. "En conclusión, nuestros hallazgos indican que el sesgo de negatividad se asocia con una disfunción generalizada en múltiples redes cerebrales", declararon.

Asimismo, el estudio indica que los efectos del sesgo negativo no se limitan al estado emocional, sino que afectan la capacidad cognitiva, especialmente en funciones como la memoria y la resiliencia. Amen puntualizó: "No solo empeoraron los síntomas del estado de ánimo, también se vieron comprometidas las capacidades de pensamiento reales, especialmente la memoria y la resiliencia".

Sin embargo, el especialista subrayó que estos resultados no implican una relación causal directa. "El estudio muestra asociación, no causalidad", aclaró. También insistió en que es necesario considerar el cerebro en el abordaje psiquiátrico: "la enfermedad mental es una enfermedad cerebral y hasta que no empecemos a observar el cerebro, en psiquiatría estaremos a ciegas".

El estudio sugiere que prácticas como la meditación, el ejercicio físico, la respiración profunda y el uso de un diario de gratitud podrían ayudar a reducir el impacto del sesgo negativo sobre la función cerebral.

 

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