La medalla Coubertin premia el juego justo y la deportividad en las olimpiadas

Ciudad de México  

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La misteriosa y un tanto desconocida medalla que premia la actitud deportiva

 

Todo deportista de alto rendimiento busca representar a su país en los Juegos Olímpicos. Ser considerado un atleta olímpico es, en sí, una hazaña increíble. Competir codo a codo contra los mejores del mundo es una gran experiencia, sobre todo si se es capaz de ganar una de las tres codiciadas preseas conocidas por todos. Pero existe una cuarta medalla, la Pierre de Coubertin, galardón que premia el juego justo y es considerada por el mismo Comité Olímpico Internacional (COI) como uno de los más grandes honores que puede recibir un atleta.

Esto origina preguntas sobre la misma como, ¿Qué es la medalla olímpica Pierre de Coubertin?, ¿Cuándo fue la última vez que alguien recibió una?, ¿Cómo se obtiene dicho logro deportivo?. Es necesario decir que desde el origen de las Olimpiadas de verano e invierno, solo han sido entregadas menos de 20 medallas, lo cual muestra el lugar privilegiado de esta.

Pierre Fredy de Coubertin, barón de Coubertin, fue el fundador del COI en 1984 y es considerado como el padre de los Juegos Olímpicos modernos. Aunque las primeras Olimpiadas modernas tuvieron lugar en el año 1896, fue en 1906 cuando Coubertin asumió el cuidado y supervisión de las competencias. Además, también introdujo el pentatlón moderno en los Juegos Olímpicos en el año 1912.

Coubertin hizo hincapié en que los Juegos Olímpicos formaran una comunidad internacional donde los atletas se unan y representen a sus países con orgullo, creando lazos de hermandad en todos los rincones del mundo. Por lo anterior, este premio valora la deportividad por encima de la competición y puede ser entregado a cualquier atleta aun si este no fue acreedor a una medalla olímpica.

El galardón fue entregado por primera vez en el año 1964. En esta ceremonia, el atleta italiano Eugenio Monti recibió esta medalla por haber ayudado al equipo británico en la prueba de bobsleigh, proporcionándoles un tornillo indispensable para este. La ayuda proporcionada le valió a los ingleses la medalla de oro, mientras el equipo italiano se quedó con la medalla de bronce, la deportividad mostrada por Eugenio fue lo que le valió, además, la presea de Coubertin.

Durante el transcurso de esta ceremonia fue otorgada otra medalla, de manera póstuma, al corredor alemán Carl Ludwig "Luz" Long. Este ayudó al corredor estadounidense, Jesse Owens, en la prueba de salto triple celebrada en los juegos de 1936 en Alemania, donde le asesoró para lograr hacer un salto exitoso en su tercer intento, evitando así ser descalificado de la prueba.

Otra historia es la de Vanderlei Cordeiro de Lima, corredor de fondo de Brasil, y uno de los deportistas más recordados por haber ganado dicho galardón. Vanderlei encabezaba la prueba del maratón en las olimpiadas de Atenas 2004, pero no fue sino hasta el kilómetro 36 cuando un sacerdote irlandés llamado Cornelius Horan lo empujó, sacándolo de ritmo en la competición. Esto generó que cayera hasta el tercer puesto. Sin embargo, a su entrada en el estadios olímpico de Atenas, la gente lo recibió con aplausos y de pie.

Estos casos ejemplifican el criterio del Comité Olímpico Internacional para otorgar la medalla de Coubertin. Son ejemplos de atletas que, con una atención desinteresada por el juego limpio, el espíritu olímpico y la deportividad durante las competencias, han sido acreedores de este prestigioso galardón.

 

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