Emprendedores culturales que transforman vidas

Ciudad de México  

Amérika Moreschi

 

Si buscáramos la palabra cultura en el diccionario, seguramente encontraríamos definiciones que hacen alusión al conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo; un punto importante, es considerar el desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la exposición del pensamiento a formas y contenidos nuevos encontrados en las artes, por ejemplo.

Muchos son los proyectos culturales disponibles en la Ciudad de México, desde los que nos divierten, los que nos invitan a reflexionar acerca de problemáticas sociales y aquéllos que nos conducen a conocernos a nosotros mismos.

Todos los días, grandes artistas se esmeran para que su trabajo llegue a la mayor cantidad posible de personas, con la finalidad de que la diversión, la reflexión o el trabajo interno verdadero, aparezcan como respuesta a alguna de sus propuestas creativas.

Y es que poco se habla de estos artistas que prácticamente en la clandestinidad, desarrollan grandes proyectos. Una mujer que a lo largo de su carrera profesional como escritora, productora, directora de teatro y gestora cultural, ha realizado grandes aportaciones sociales, sin duda es Amérika Moreschi.

Ganadora de varios premios entre los que destacan el Primer Lugar en el Concurso de Cuento del Centro Universitario de Idiomas, por su texto “A Pleno Sol” y recientemente el Mejor Guion Escrito en México y el Global Script Challenge, “Mejor Guión Internacional”, ambos por el guión cinematográfico “Muere el Sol en los Montes” en la Séptima Edición del Oaxaca Film Fest.

Esta joven creadora, desde su formación, se especializó en tomar y desarrollar cursos de Educación para la paz y la No violencia, lo que la ha llevado a formar y ser parte de instituciones dedicadas a promover dichos valores.

A lo largo de su trayectoria, sus proyectos han estado cargados de contenidos sociales que reflejan su propuesta e incluso, ha llevado su trabajo hasta el interior de las instituciones penitenciarias y a distintos grupos vulnerables y en riesgo de vulnerabilidad, por lo que su aportación a la comunidad destaca como comprometida y necesaria.

No sólo ha pretendido crear conciencia en el entorno donde se presenta, sino también, sensibilizar a las personas para que los cambios provengan del interior de cada quién para que así, la reflexión propia, se permee en la sociedad.

El trabajo en comunidades apartadas ha sido, para ella, sinónimo de entusiasmo y la búsqueda por llevar la cultura a las mismas, su sello personal.

 

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