Incendios forestales y mala calidad del aire empeoran eccemas y problemas de piel

Ciudad de México  

My Press (composición)

Contaminación por incendios forestales: un enemigo silencioso para la piel

 

La creciente intensidad y frecuencia de los incendios forestales están teniendo un impacto significativo en la salud cutánea, particularmente en el aumento de casos de eccema. Diversos estudios recientes han establecido una conexión clara entre estos eventos y un incremento en las consultas dermatológicas durante las temporadas de incendios, lo que plantea una preocupación urgente para la salud pública.

El eccema, una afección cutánea crónica que afecta a aproximadamente una de cada diez personas en los Estados Unidos, se caracteriza por áreas de piel inflamadas, secas y con picazón. Tradicionalmente, los brotes de eccema empeoran en invierno debido al clima frío y seco. Sin embargo, este patrón está cambiando debido a la contaminación del aire causada por los incendios forestales.

Por su parte, la doctora Arianne Shadi Kourosh, dermatóloga del Hospital General de Massachusetts, observó un aumento inusual en los casos de eccema durante la temporada estival. "Normalmente, las clínicas dermatológicas atienden a menos de veinte pacientes mensuales por eccema, incluida la dermatitis atópica", afirmó Kourosh. Sin embargo, esta cifra se incrementó a 160 pacientes y coincidió con los incendios forestales masivos en Canadá en 2023, donde se quemaron más de 16 millones de hectáreas. El humo de estos incendios se dispersó a través de Estados Unidos y Europa, deteriorando significativamente la calidad del aire.

Ante esto, el análisis de los registros de los cuatro años recientes reveló que el número de visitas por problemas cutáneos estaba relacionado con la severidad de la contaminación del aire. Estos hallazgos, consistentes con otras investigaciones, indican un aumento en los brotes de eccema y psoriasis asociados con la contaminación por incendios forestales.

Los investigadores explican que los contaminantes transportados por el aire activan una vía de estrés oxidativo en el cuerpo, dañan la barrera cutánea y provocan inflamación, lo que puede empeorar el eccema. Para proteger la piel durante los periodos de mala calidad del aire debido a incendios forestales, es crucial limitar la exposición al aire exterior. De acuerdo a NotiPress, se recomienda permanecer en interiores, cerrar puertas y ventanas, y utilizar filtros de aire cuando sea posible.

El uso de protector solar a base de minerales que contenga zinc o titanio es también fundamental, ya que estos compuestos forman una barrera sobre la piel, reduciendo la cantidad de partículas contaminantes y protegiendo contra la radiación UV. Después de estar expuesto al aire libre, es importante lavarse la piel y aplicar una crema hidratante hipoalergénica para mantener la piel saludable.

Adicionalmente, es fundamental verificar la calidad del aire local a través de fuentes como AirNow.gov, que proporciona información útil y orientación sobre el aire. La relación entre los incendios forestales y los problemas de piel subraya la importancia de tomar medidas preventivas y buscar atención médica para manejar y mitigar los efectos negativos de la contaminación del aire en la salud cutánea.

 

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