Vitamina C, ¿auxiliar en la lucha contra el cáncer?

Ciudad de México  

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Recientes descubrimientos sugieren que el ascorbato podría usarse como tratamiento complemetario

 

En un artículo publicado en julio de 2018 por investigadores del Centro de Investigación de Radicales Libres de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) se expone un minucioso estudio sobre el polémico rol de la vitamina C (ascorbato) en la lucha contra el cáncer. Los científicos neozelandeses destacan que de comprobarse la efectividad del ascorbato como tratamiento auxiliarcontra diversos tipos de cáncer, en un entorno regulado y mediante rigurosas pruebas clínicas, se trataría de excelentes noticias para el sector salud, dado que dicha vitamina ofrece valiosas ventajas frente a otros tipos de tratamientos auxiliares, pues carece de toxicidad, es fácilmente adquirible y, además, es de bajo costo. De igual forma, aseguran, recientes descubrimientos es un aliciente para continuar investigaciones sobre este posible tratamiento.

Durante décadas, se ha tenido registro de numerosos casos de pacientes con cáncer quienes, por su cuenta y sin prescripción o supervisión médica, emplearon la vitamina C a manera de suplemento dietético o mediante dosis farmacológicas administradas vía infusión. Estos pacientes han informado sobre beneficios clínicos adjudicados al uso del ascorbato, sin embargo, no existen datos rigurosos, producto de ensayos clínicos para sustentarlos. En vista del alto índice de mortalidadasociado a diversos tipos de cáncer en el mundo, así como lo tóxico, escaso y costoso de los principales tratamientos, la búsqueda de métodos alternativos científicamente comprobados se vuelve esencial; en particular, ante el creciente número de pseudotratamientos o metodologías que poco o nada tienen de científicos y sólo pretenden lucrar con la desesperación de los pacientes y sus familiares.

Tal contexto, de acuerdo con los científicos neozelandeses, exhorta a empezar a trabajar en el diseño de ensayos clínicos apropiados, en especial gracias a recientes descubrimientos portadores de una más amplia comprensión sobre las actividades biológicas de la vitamina C, los cuales han suscitado el desarrollo de una serie de hipótesis plausibles sobre sus mecanismos de actividad anticancerígena. Los investigadores consideran que la comunidad científica ya cuenta con las bases necesarias para diseñar ensayos clínicos orientados a determinar la elección de dosis efectivas, el momento de la administración y los modelos de cáncer receptivos probables para este posible tratamiento complementario. Una vez concluidos, lo siguiente será cuestión de llevar esa nueva información a la práctica clínica, ya sea que desmientan definitivamente las propiedades anticancerígeras del ascorbato o las comprueben.

 

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