¿Te enojas sin razón? Tu cerebro podría estar en alerta máxima

Ciudad de México  

Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Estrés y cortisol alto pueden disparar reacciones de ira, según especialistas del Houston Methodist

 

La permanencia de la ira sostenida como respuesta emocional cotidiana podría afectar seriamente la salud y las relaciones personales, advierten especialistas. De acuerdo con la Dra. Xiaolei Chen, médica de atención primaria en el Hospital Houston Methodist, esta emoción "es una emoción humana completamente normal, y existe en un espectro".

Si bien la ira forma parte del repertorio emocional humano, su presencia constante y su intensidad creciente pueden señalar un problema mayor. "Cuando se vuelve tan intensa que empieza a afectar tu comportamiento o tu relación con los demás, ahí es cuando se convierte en un problema que hay que atender", puntualizó la Dra. Chen.

Según información obtenida por NotiPress, esta emoción abarca tres dimensiones fundamentales: fisiológica, cognitiva y conductual. En la dimensión fisiológica, el cuerpo reacciona mediante la liberación de catecolaminas, lo cual eleva la frecuencia cardíaca, genera tensión muscular y sudoración.

Respecto al componente cognitivo, la especialista explicó que está moldeado por normas culturales y sociales. "A los hombres a menudo se les enseña a expresar su enojo de manera más directa. Mientras que a las mujeres se les anima más a reprimirlo, esta diferencia no es biológica, sino una construcción social", afirmó.

En el plano conductual, el cerebro desempeña un rol central. "La amígdala es la que dispara esa emoción intensa. Pero es la corteza prefrontal —la parte del cerebro que toma decisiones— la que ayuda a regularla", indicó la doctora.

Un factor clave que potencia la ira sostenida es el cortisol, hormona asociada al estrés. "El cortisol puede amplificar todos los efectos físicos que asociamos con la ira", advirtió Chen. Añadió que, cuando el estrés se prolonga, los niveles de cortisol se mantienen elevados, lo cual favorece reacciones desproporcionadas frente a estímulos menores.

"En esos casos, hasta un pequeño detonante puede generar una reacción emocional o física desproporcionada", precisó. Este estado sostenido puede alterar el funcionamiento cardíaco, el sueño y la estabilidad emocional, además de comprometer la toma de decisiones.

Frente a ello, la Dra. Chen recomendó una "caja de herramientas contra la ira", que incluye respiración profunda, anclaje sensorial y pausas conscientes. Estas estrategias permiten restablecer el equilibrio fisiológico y controlar la ira sin recurrir a respuestas impulsivas.

Asimismo, sugirió incorporar hábitos como una dieta saludable, ejercicio regular, descanso adecuado y apoyo terapéutico. En situaciones más complejas, recomendó la terapia cognitivo-conductual como recurso para atender patrones emocionales arraigados.

"Ese ciclo de estrés crónico más cortisol y respuestas exageradas de ira, puede dejarte con la sensación de estar acelerado, agotado y más propenso a actuar por impulso o de forma agresiva", concluyó Chen. En este contexto, buscar atención especializada representa una vía eficaz para mejorar el bienestar general.

 

Salud mentalHospital Houston MethodistBienestar

¿Te gustó el contenido?

 

 

Recibe las noticias por correo

Entérate de la economía, noticias internacionales y el impacto en los negocios. Aviso de privacidad