Extirpan vesícula biliar a miles cada año y pacientes mejoran con dieta adecuada

La colecistectomía es una cirugía común que alivia molestias digestivas si se siguen pautas médicas
La extirpación de la vesícula biliar, conocida como colecistectomía, es una intervención quirúrgica frecuente en pacientes con cálculos biliares o trastornos digestivos. En Estados Unidos se realizan alrededor de 300 mil procedimientos anuales, según datos médicos. El Dr. Jonathan Redmon, cirujano del Hospital Houston Methodist, aseguró: "Con las expectativas adecuadas y algunos ajustes en la dieta, la mayoría de las personas se sienten mucho mejor después de la cirugía que antes".
La vesícula biliar es un órgano pequeño, ubicado debajo del hígado, cuya función es almacenar la bilis y liberarla para facilitar la digestión de las grasas. Cuando esta sustancia se satura con grasa y colesterol, pueden formarse cálculos que bloquean los conductos biliares, generando dolor, náuseas o vómitos. "Está súper saturada, ese es el panorama general que ocurre con la bilis y la grasa que se acumulan en la vesícula biliar", explicó el especialista.
Tras la extirpación,la bilis fluye directamente al intestino delgado sin almacenamiento previo, lo cual puede causar molestias digestivas como hinchazón, calambres, gases o diarrea. Estos síntomas son temporales en la mayoría de los casos, aunque algunos pacientes pueden presentar el síndrome poscolecistectomía, especialmente si tienen condiciones previas como el síndrome del intestino irritable.
La técnica más utilizada es la laparoscopía o cirugía asistida por robot, reservando la cirugía abierta para situaciones complejas. Generalmente, los pacientes reciben el alta médica el mismo día y retoman actividades ligeras en cuestión de días. La recuperación total se estima entre una y dos semanas. Durante este periodo, se recomienda seguir las indicaciones médicas para el control del dolor y el cuidado de las incisiones, además de consultar de inmediato si aparecen fiebre, ictericia, orina oscura, vómitos persistentes o dolor continuo.
En cuanto a la dieta, los especialistas sugieren mantener una alimentación baja en grasas durante las primeras semanas del postoperatorio. "A la mayoría de los pacientes les va bien una dieta baja en grasas durante el primer o segundo mes", señaló el Dr. Redmon. Posteriormente, pueden reintroducirse gradualmente otros alimentos, evitando frituras y comidas muy condimentadas para reducir el riesgo de molestias. El médico también advirtió que "algunas personas pueden subir de 4.5 a 7 kilos en un plazo de 3 a 6 meses" debido al incremento del apetito tras la cirugía.
La adherencia a una dieta equilibrada, el monitoreo de síntomas y el seguimiento médico permiten a la mayoría de los pacientes retomar sus actividades sin las molestias digestivas previas a la intervención.
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