Descubren neuronas clave para el reconocimiento emocional y la empatía social

La corteza insular se perfila como nueva área cerebral vinculada al comportamiento social y afectivo
Un grupo de investigadores en Japón identificó un tipo específico de neuronas que regula la empatía y el reconocimiento emocional en mamíferos, lo que podría cambiar el enfoque sobre los mecanismos cerebrales que permiten establecer vínculos sociales. El hallazgo, publicado en la revista Cell Reports, localiza estas neuronas en la corteza insular agranular, una región hasta ahora poco estudiada en el contexto de emociones y relaciones interpersonales.
El equipo, integrado por científicos de la Universidad de Kobe, la Universidad de Hokkaido y el Instituto de Tecnología de Kioto, demostró que estas interneuronas positivas a parvalbúmina son esenciales para la memoria social en ratones. Para observar su función, los investigadores utilizaron microendoscopía de calcio y manipulación quimiogenética. Los experimentos revelaron que al silenciar estas células, los animales perdían la capacidad de diferenciar entre compañeros conocidos y desconocidos, y dejaban de mostrar interés ante individuos en situación de estrés.
Las conclusiones surgieron de tres pruebas de comportamiento: una prueba de interacción en entorno habitual, una prueba de reconocimiento en cámara lineal y una prueba de respuesta emocional frente a individuos estresados. Los resultados mostraron que un subconjunto de interneuronas aumentaba su actividad durante encuentros sociales. Al ser inhibidas, los ratones mantenían la misma atención hacia conocidos y extraños, y no priorizaban el contacto con compañeros estresados. Estas conductas se vincularon a alteraciones en las neuronas piramidales, encargadas de procesar información social.
La corteza insular, tradicionalmente asociada con funciones como el dolor, el gusto y la interocepción, aparece ahora como una región clave en el procesamiento de emociones sociales. Hasta el momento, la investigación sobre empatía se había centrado en estructuras como la amígdala y la corteza prefrontal. Este nuevo enfoque amplía el mapa cerebral de la vida en sociedad.
Los autores del estudio también exploraron las posibles implicaciones para condiciones como el autismo y la esquizofrenia, donde suelen presentarse déficits en la interpretación de señales emocionales. No obstante, advirtieron que aún no es posible distinguir con precisión entre subtipos de interneuronas ni comprender totalmente los mecanismos de conectividad local involucrados.
La investigación plantea nuevas preguntas sobre el papel de la corteza insular en los trastornos del comportamiento social. Según los científicos, estos resultados representan una base para futuras exploraciones sobre la neurobiología de la empatía y el reconocimiento emocional.
Salud mentalEstudioCiencia





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