Contaminación urbana golpea al corazón en silencio

Partículas contaminantes en el ambiente urbano podrían dañar silenciosamente el sistema cardiovascular
La exposición continua a aire contaminado en zonas urbanas representa un riesgo silencioso para el sistema cardiovascular, incluso en personas que no presentan síntomas, advirtieron especialistas del Hospital Houston Methodist. Estudios recientes muestran que las partículas presentes en la atmósfera no solo afectan los pulmones, sino también el corazón y otros órganos.
En entrevista con medios, el Dr. Sadeer Al-Kindi, cardiólogo preventivo, explicó que, además de los factores de riesgo tradicionales como el colesterol alto, la presión arterial elevada y la diabetes, deben considerarse nuevas variables ambientales. "El colesterol alto, la presión alta y la diabetes son ejemplos de lo que consideramos factores de riesgo tradicionales para enfermedades cardíacas", señaló. "Hay factores de riesgo emergentes que estamos empezando a entender mejor, incluyendo las exposiciones ambientales, como la contaminación del aire".
Uno de los elementos más dañinos es el material particulado fino, conformado por diminutas partículas contaminantes capaces de ser inhaladas profundamente. "Hemos aprendido que estas partículas no se quedan solo en los pulmones", afirmó Al-Kindi. "Algunas pueden entrar al torrente sanguíneo y luego viajar y depositarse en distintos órganos, incluyendo el corazón y el cerebro".
De acuerdo con información recopilada por NotiPress, la exposición prolongada a estas partículas puede iniciar una respuesta fisiológica en cadena. "Todo esto desencadena una cascada de eventos que afectan al corazón, principalmente a través de la aterosclerosis. Es un proceso en el que se acumulan depósitos de grasas en los vasos sanguíneos", detalló el especialista. "El material particulado también está relacionado con la inflamación, lo cual, con el tiempo, puede contribuir aún más al desarrollo y empeoramiento de enfermedades cardíacas".
Aunque los efectos no siempre son inmediatos, existen recomendaciones para reducir los riesgos. Los expertos sugieren monitorear la calidad del aire, evitar actividades físicas al aire libre cuando los niveles de polución son elevados y mantener ventanas cerradas en zonas con tráfico denso. También se recomienda el uso de purificadores de aire y mascarillas N95 durante jornadas con alta contaminación.
El diagnóstico temprano y el control de condiciones cardiovasculares también son estrategias clave. Paralelamente, adoptar hábitos saludables contribuye a mitigar el impacto de los contaminantes. En ese sentido, Al-Kindi resaltó las recomendaciones de la American Heart Association, conocidas como Life’s Essential 8, las cuales promueven una alimentación balanceada, actividad física regular, buen descanso, no fumar y controlar factores como peso, colesterol, azúcar en sangre y presión arterial.
El entorno urbano puede tener también un papel positivo en la salud del corazón. "Curiosamente, aunque un entorno poco saludable puede dañar al corazón, el entorno también puede formar parte de la solución", declaró el especialista. "Los estudios han demostrado que tener acceso a espacios verdes puede mejorar los problemas cardiovasculares, y que las iniciativas de plantación de árboles se han asociado con mejores resultados para la salud del corazón. En el Hospital Houston Methodist, por ejemplo, nos enfocamos en desarrollar el acceso a la naturaleza como un sistema de atención médica para mejorar la salud".
cardiovascularSaludHospital Houston Methodist





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