Cirugías mínimamente invasivas ofrecen esperanza a pacientes con epilepsia resistente

Ciudad de México  

Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Con tecnología de imagen de alta resolución, hospitales especializados tratan casos que no responden a medicación

 

En México, cerca de 2 millones de personas viven con epilepsia, una condición neurológica crónica caracterizada por descargas eléctricas anormales en el cerebro que provocan convulsiones. Aunque la mayoría de los casos puede controlarse con medicación, un número significativo de pacientes requiere intervenciones quirúrgicas especializadas, especialmente aquellos con epilepsia resistente a medicamentos.

Según el neurocirujano Damiano Barone, del Hospital Houston Methodist, uno de cada tres pacientes continúa presentando crisis epilépticas a pesar del tratamiento farmacológico adecuado. "La mayoría de las personas que viven con epilepsia se controlan muy bien con medicamentos. Sin embargo, un tercio de los pacientes, a pesar de recibir la medicación adecuada, continúan presentando episodios convulsivos. Para ellos, la cirugía es la opción ideal, ya que a través de ella podemos reducir las convulsiones a cero", explicó a NotiPress.

El abordaje clínico de estos casos se apoya en tecnologías avanzadas como la resonancia magnética de 7 teslas, que ofrece imágenes detalladas del cerebro y permite ubicar con precisión las áreas afectadas. Esta técnica supera la resolución de los equipos convencionales y facilita la planificación de intervenciones más efectivas. "Los estudios previos incluyen escáneres cerebrales avanzados, como la resonancia magnética de 7 teslas, una técnica de imagen de alta resolución que utiliza un campo magnético muy potente, permitiendo detectar detalles anatómicos y funcionales que no pueden observarse con resonancias magnéticas convencionales (3T), y que sólo se encuentra en pocos lugares, como el Hospital Houston Methodist".

Además, se utiliza el electroencefalograma (EEG) para identificar la fuente de las convulsiones mediante la colocación de electrodos en el cuero cabelludo. "Se les realiza un electroencefalograma (EEG), que consiste en colocar electrodos en el cuero cabelludo para detectar el origen de las convulsiones. Luego comparamos estos resultados con otras pruebas específicas, revisamos las imágenes y determinamos el tipo de procedimiento quirúrgico más adecuado, ya sea extirpar la parte del cerebro afectada, inmovilizarla o colocar un electrodo".

En los casos donde las pruebas no son concluyentes, los especialistas realizan intervenciones diagnósticas que pueden incluir la introducción de un láser o la extracción de tejido cerebral. "Si con estas pruebas no se logra localizar la zona afectada, se recurre a una cirugía diagnóstica, mediante la cual se puede obtener más información del área comprometida, extraer una muestra de tejido cerebral o introducir un láser para quemar la región alterada. También es posible colocar un electrodo para estimular el área y detener la convulsión".

Barone destacó que estos procedimientos son de baja invasión y buscan eliminar la actividad cerebral anormal sin abrir el cráneo. "Todos estos tratamientos son mínimamente invasivos y potencialmente curativos para el paciente, ya que las convulsiones suelen originarse en una pequeña parte del cerebro que no funciona adecuadamente. Al extirparla o neutralizarla, se interrumpe la señal anormal y el cerebro vuelve a funcionar correctamente".

 

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