Tesla y BYD: rivalidad tecnológica refleja tensiones geopolíticas entre EEUU y China

Competencia en vehículos eléctricos destaca impacto de políticas comerciales en la expansión global

La competencia por el liderazgo en el mercado global de vehículos eléctricos puso en el centro del escenario a Teslay BYD, dos compañías que simbolizan la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China. Mientras BYD logró superar a Tesla en ventas globales, las restricciones comerciales impuestas por ambos gobiernos limitan el crecimiento internacional de ambas marcas.

Desde 2024, BYD —cuyo nombre proviene de "Build Your Dreams"— consolidó su posición como líder del mercado gracias a precios accesibles y una estrategia de producción altamente integrada. No obstante, su presencia en Estados Unidos es prácticamente nula debido a los aranceles que Washington impone a productos chinos, los cuales pueden alcanzar hasta un 250%, según información publicada por Business Insider.

En sentido contrario, Tesla también enfrenta barreras en el mercado chino. Conforme a un informe de Economía Digital, las restricciones recíprocas impuestas por Beijing llevaron a la empresa de Elon Muska suspender pedidos de ciertos modelos, afectando su capacidad operativa en ese país.

De acuerdo con el periodista Marc Stewart, esta situación como una "batalla acelerada dentro de una guerra económica más amplia". En tanto, Dan Ives, director global de investigación tecnológica en WedbushSecurities, calificó la rivalidad como una "carrera armamentista" de innovación, destacando el mérito de BYD al obtener altos rendimientos sin vender en territorio estadounidense.

En 2024, BYD reportó ingresos por 107 mil millones de dólares, superando a Tesla por un margen del 10%. Sus modelos, que parten desde los 10 mil dólares, ofrecen versiones híbridas o completamente eléctricas, incorporando tecnología moderna a bajo costo. Sin embargo, más del 90% de sus ventas se concentran en el mercado doméstico, beneficiado por un sólido respaldo gubernamental. En contraste, Tesla opera bajo un entorno más expuesto a litigios, tensiones políticas y menos subsidios, lo cual limita su competitividad fuera de Estados Unidos.

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