Travesía cultural: la relación entre Argentina y México en el cine y la cultura

Los mexicanos que gozan del cine argentino valoran el cine documental y experimental en primera persona

Tradicionalmente, desde los años 40, la relación entre Argentina y México en el cine y la cultura ha estado permeada por el respeto y la admiración mutua. En este sentido, la recepción del cine argentino en recintos culturales como la Cineteca Nacional de la Ciudad de México es excepcionalmente buena, compartió Nelson Carro, director de difusión y programación del recinto, en entrevista con NotiPress durante la inauguración del Ciclo de cine argentino.

Del 17 al 30 de noviembre se lleva a cabo el Ciclo de cine argentino en la Cineteca Nacional de la Ciudad de México. Organizado también por la Embajada de Argentina en México y la Cancillería, el ciclo de cine actual abarca todo lo que va del siglo XXI. El viernes 17 de noviembre arrancó con la proyección de La Ciénaga (2001) de Lucrecia Martel y cerrará con Argentina, 1985 (2022) de Santiago Mitre.

Existe un cine argentino de mucha calidad, el cual los mexicanos valoran y no siempre es el cine comercial, sugiere Carro para la agencia de noticias. En el momento actual, los mexicanos que gozan del cine argentino valoran el cine documental y experimental en primera persona. En este punto resaltan las propuestas cinematográficas de Agustina Comedi con El silencio es un cuerpo que cae (2017), Balnearios de Mariano Llinás (2002) y Julia, no te cases (2022) de Pablo Levy.

Siguiendo esta línea, la recepción positiva se atribuye a la capacidad del cine argentino para resonar con las audiencias mexicanas. Bajo este contexto, el cine argentino está apenas detrás del francés y del mexicano, es decir, mantiene un importante tercer lugar para el público mexicano.

Carro explora las relaciones entre el sector audiovisual argentino y mexicano, destacando las colaboraciones que van más allá de las fronteras. El director de difusión y programación de la Cineteca Nacional enfatiza la sinergia creativa resultante de co-producciones, intercambios de talento y experiencias, así como la participación conjunta en proyectos internacionales.

México trabaja constantemente con directores y distribuidoras argentinas, indica Carro. "En el caso de la Cineteca Nacional, traemos mucho cine, incluso muchas de esas películas llegan después a la televisión cultural mexicana", describe.

El secreto de la química entre los sectores audiovisuales de Argentina y México es lo exitoso que se ha vuelto el cine argentino para el público mexicano, especialmente el de la Cineteca Nacional. "Los ingresos que reportamos de un lado y del otro nos permiten seguir trabajando en conjunto para ampliar la difusión de este cine", sugiere Carro. Espacios como la Cineteca permiten que el cine no comercial brille y atienda a aquellos espectadores que gozan del cine latinoamericano.

Por otro lado, el papel de la Cancillería y la Embajada de Argentina en México ha impulsado la proyección internacional de la producción cultural argentina. De esta forma, se fortalecen las relaciones culturales y artísticas con México.

Según comenta Carro, además del Ciclo de cine argentino y la Semana del Libro Argentino, las relaciones entre ambos países son constantes desde hace años. Esto gracias a la intervención de la Embajada, la Cancillería y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). "Siempre involucramos a la embajada cuando presentamos retrospectivas o ciclos del cine argentino. Es importante su involucramiento en este tipo de iniciativas", reitera el directivo.

Finalmente, la combinación de la programación meticulosa de este ciclo, la recepción entusiasta de la producción audiovisual argentina y las colaboraciones intersectoriales celebran el cine. Asimismo, construye puentes creativos que unen a Argentina y México en un viaje cinematográfico sin precedentes.

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