La vida de Roger Federer está regida por el consejo que recibió de su padre: “Si te conviertes en un tenista profesional, sólo tienes que asegurarte de estar entre los 100 primeros, porque deberás hacer algo de dinero. Debe alcanzarte para vivir, para que puedas pagar tu coaching y tus viajes”.
Así inicia la historia de vida de uno de los líderes del deporte mundial. El coaching es primordial para los deportistas cuando se trata de transformarse y mejorar su desempeño. Cada año aumenta la demanda; misma que cae en la confusión debido a la utilización de “coach” como sinónimo de “asesor”. Quizá aquí se detecta que el coaching es vital en la transformación de líderes que buscan crecer día con día.
Pocos conocen la raíz del coaching. Desde los años 1500 se empezó a redactar la definición de lo que hoy se conoce como coach (persona que facilita el proceso): “coche”, término en francés que explica que “carruaje”, es aquello que “transporta” a un individuo para llegar a una meta. El coachee (la persona objeto del coaching) es quien acciona.
Conducir a alguien desde el ubicación actual hasta donde quiere llegar.
Transportar. Un coach transporta de manera real o metafóricamente. En la actualidad, ésta podría ser la definición exacta que recibe el coaching: conducir a alguien desde el ubicación actual hasta donde quiere llegar. Ir de una situación a otra, dar el paso de la zona donde está incómodo o bloqueado, hasta ser traslado de manera puntual, a la que aspira llegar.
Un coach genera un diálogo socrático con el coachee para que éste llegue a encontrar soluciones y respuestas por sí mismo, toda vez que el proceso no asegura que así será siempre. El coachee requerirá de la introspección para acomodar el proceso a sus tiempos.
"El coaching es una forma suave de despertar la conciencia sobre los desequilibrios existentes y de ayudar a que la persona encuentre un camino hacia delante; que resulte provechoso para su trabajo y su función en la sociedad”. De esta manera, Whitmore ejemplifica al coaching.
Facilitar la elaboración de un diagnóstico de la situación en la que vive el coachee, es saber desarrollar la más clara visión de futuro, donde las acciones se fijan en metas concretas a ejecutarse en un tiempo específico.
Desde un equipo de fútbol hasta un deportista que se desempeña solo en su profesión, el coaching aparece como factor de la estructura que lo diferencia en los objetivos que alcanza, con base en un estilo de gestión que se apoya en la comunicación, el diálogo y el autoconocimiento; antes que ser una simple herramienta.
La transformación del liderazgo radica en encarar al coaching de manera horizontal y directa, así como lo aplican las empresas que desechan las formas “verticalistas” para alcanzar horizontes y metas.
El éxito del coaching en los empleados se reflejará como una cultura que forma líderes; aquellos que aprendan por sí solos a aprender, líderes que trabajen en su propia evolución regidos por la humildad, sin dejar de lado el reto de asumir los desafíos de su entorno cambiante.
Artículo cedido por el portal Planeta Coaching.