La genética materna influye en el entorno que favorece la obesidad infantil

Ciudad de México  

Sergio F Cara (NotiPress)

Investigadores de UCL vinculan la salud de las madres con el desarrollo del BMI infantil hasta los 17 años

 

Un estudio dirigido por el University College London (UCL) identificó que la genética materna podría desempeñar un papel clave en la prevención de la obesidad infantil al influir en el entorno familiar desde el embarazo. La investigación, publicada en la revista PLOS Genetics, analizó datos de salud y genética de 2,621 familias del Reino Unido.

El equipo científico examinó la relación entre el índice de masa corporal (BMI) de los padres y distintos indicadores de salud infantil, como peso, alimentación y medidas de adiposidad, desde el nacimiento hasta los 17 años. Los resultados mostraron que tanto la madre como el padre influyen en el peso de sus hijos, pero la genética materna tuvo un impacto adicional más allá de los genes transmitidos directamente.

Este fenómeno, conocido como genetic nurture, describe cómo los genes parentales modelan el entorno familiar en aspectos como hábitos alimenticios y condiciones durante el embarazo. En el caso de las madres, sus características genéticas influyen indirectamente en el BMI de sus hijos a través de comportamientos asociados a la salud.

"Además de los genes que las madres transmiten, nuestros hallazgos sugieren que la genética materna es clave para modelar el entorno en el que se desarrolla el niño, influyendo indirectamente en su BMI también", señaló el Dr. Liam Wright, autor principal del estudio y miembro del Instituto de Investigación Social de UCL.

Los investigadores indicaron que los hallazgos no deben interpretarse como asignación de responsabilidades individuales, sino como base para políticas públicas más eficaces. En particular, sugirieron que mejorar el BMI materno, especialmente durante el embarazo, podría tener efectos positivos a nivel intergeneracional en la salud infantil.

El análisis incluyó medidas adicionales más allá del BMI, como masa grasa corporal, para abordar sus limitaciones como único indicador de adiposidad. Además, se incorporaron registros auto-reportados de consumo alimenticio, incluyendo frutas, verduras, comida rápida y bebidas azucaradas.

En Reino Unido, la obesidad infantil sigue siendo una preocupación de salud pública. Según el NHS, en 2024 el 27% de los menores entre 2 y 15 años fueron clasificados con obesidad o sobrepeso. El estudio fue financiado por el Medical Research Council, el Economic and Social Research Council y el Norwegian Research Council.

 

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