Bomberos denuncian falta de apoyo psicológico pese al aumento de emergencias

Veteranos del fuego exigen atención emocional ante el desgaste acumulado en escenarios extremos
Bomberos forestales con más de dos décadas de experiencia denunciaron la ausencia de protocolos de atención psicológica frente al impacto emocional acumulado tras años en primera línea de incendios. Esta carencia de apoyo se mantiene mientras se intensifican las emergencias rurales y las condiciones climáticas se vuelven más complejas, según reveló un reportaje de la Agencia SINC.
En España, donde la temporada de incendios inicia en junio y se prolonga hasta octubre, profesionales como Vanessa Molina, de 45 años, y Nacho Martín, de 42, exponen el desgaste psicológico que enfrentan sin respaldo institucional. Ambos trabajaron en brigadas de Toledo y Castilla y León, y coinciden: "Estamos sometidos a mucho estrés y nadie nos enseña a gestionarlo", advirtió Martín, presidente de la asociación internacional de bomberos forestales WOS Wildfire.
Una revisión publicada en International Journal of Wildland Fire detalló que entre el 10 y el 37% de los bomberos forestales presentan trastornos de estrés postraumático. El estudio, que abarcó encuestas a 700 bomberos en Estados Unidos, identificó síntomas de ansiedad (48,9%), depresión (43,6%) y pensamientos suicidas vinculados al trabajo (16,5%).
De acuerdo con CSIRO, los programas de formación profesional en Ontario mostraron que el nivel percibido de apoyo organizacional influye de manera directa en el aumento del estrés laboral durante la temporada de incendios.
Molina, integrante del Plan INFOCAM de Castilla-La Mancha, relató las secuelas que aún enfrenta tras un accidente laboral que le ocasionó lesiones físicas y ansiedad crónica. "Me han quedado secuelas que están ahí y con las que lidio todos los días", señaló. Su propuesta: "Sería muy positivo poder levantar el teléfono y charlar con un especialista en salud mental que entendiera por lo que estás pasando".
Para la psicóloga de emergencias Elena Luque, la formación emocional debe incluirse en la preparación del personal operativo. "Una persona que trabaje como bombero forestal tiene que ser capaz de moverse y sentir comodidad en escenarios que no son cómodos", explicó. Añadió que habilidades como liderazgo, empatía y trabajo en equipo deben integrarse al entrenamiento junto con las técnicas de extinción.
Ante la falta de asistencia profesional, el apoyo entre compañeros se ha convertido en la principal red de contención. Molina recordó un incendio en 2005 donde quedó atrapada junto a un colega: "Más de lo que yo pueda sufrir, lo que más me duele es ver a un compañero atrapado sin saber si está bien o no", afirmó. Ambos sobrevivieron sumergiéndose en una charca para escapar del humo.
Los testimonios apuntan a una dimensión emocional poco visibilizada de esta labor. "Necesitamos que la gente nos vea como personas", expresó Molina. Su pedido busca instaurar un sistema de salud mental especializado que los acompañe durante toda la emergencia: desde la preparación, hasta la recuperación.
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